Todos los animales, incluyendo al hombre, tienen una manera distinta de comunicarse, ya que ésta es lo que los mantiene en relación con los demás animales, entre las diferentes especies de animales, encontramos a los bovinos de leche, los cuales también tienen su forma particular de comunicación.
Al
cumplirse los nueve meses de la gestación, la vaca se aparta del rebaño y busca
un lugar solitario para dar a luz. En los primeros minutos, después del parto se
establece un vínculo entre la vaca y el ternero cuya fortaleza es innegable. A partir de ese día en adelante, la vaca dedica casi todo su tiempo y energía en proteger y alimentar al ternero.
La vaca
lame la piel del ternero de forma instintiva para estimular la circulación y
facilitar el amamantamiento. La mayoría de los terneros pesa entre 80 y 100
libras al nacer (36 y 45 kg) por lo que el proceso de limpieza puede demorar
varias horas. En los meses que siguen, el ternero se amamantará frecuentemente
de su madre y crecerá a un ritmo de entre 1.5 a 2.0 libras por día (0.7 a 0.9
kg). Para mantener este ritmo de crecimiento es preciso que el ternero ingiera
grasa, proteína y carbohidratos en una proporción muy específica. La leche de
vaca contiene menos grasa y carbohidratos, y tres veces más proteína que la
leche humana.
Los bovino usan sus sentidos para poder comunicarse, tienen un sonido específico, el cual las ayuda a comunicarse con las demás vacas, el mujido, además, podemos observar que ellas también pueden comunicarse de forma visual, auditiva y olfativa, por medio de hormonas.
mui sierto
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